Presos políticos y comunes recluidos en el sistema penitenciario cubano denuncian los maltratos y la precariedad que enfrentan en las cárceles de la isla.
"Nos quieren matar de hambre con la comida que nos están dando. No tenemos sábana, ni colcha, no tenemos nada", dijo el preso político Raydel González Pardo.
El joven, de 26 años, es un preso común condenado a dos años de cárcel por el delito de lesiones. Actualmente se encuentra en una celda de mayor seguridad donde ubican a los condenados a cadena perpetua.
"Hace unos días me quitaron un ventilador chiquito que tenía para echarme aire por el calor que hay aquí. El comisario me dijo que no se lo darían a mi familia. Eso se llama abuso", explicó.
González Pardo, que padece de epilepsia, está en la prisión provincial de Las Mangas, en Bayamo, provincia de Granma. Él es natural de Santa Fe, en La Habana.
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Testimonios de presos en Cuba sobre las críticas condiciones de las cárceles
El preso político Eliécer Gordín Rojas, asmático y epiléptico, de 47 años, comentó por su parte que la situación de los medicamentos es crítica. El hombre, de 47 años, fue condenado a 18 años de prisión tras las protestas del 11 de julio de 2021.
"No hay medicamentos, no hay nada. Cinco meses llevamos sin medicamentos", agregó.
El también prisionero político Julio César Vega Santiesteban advirtió que en la prisión provincial de Granma, donde se encuentra recluido, hay un brote de tuberculosis.
"Hay un promedio de 12 casos positivos que ingresaron a un hospital, más 9 que han ingresado en un cubículo en Tercera", dijo.
"Si las cosas siguen cómo están posiblemente habrá una cuarentena", agregó.
Desde el campamento de trabajo forzado de Ceballos en Ciego de Ávila, el preso político Humberto Paz Gutiérrez, quien cumple 5 años de condena por el 11J, destacó que a todos los problemas que hay en las cárceles se suman los apagones, que hacen todo aún más insoportable.
Un informe reciente de la organización no gubernamental Prisoners Defenders expone, entre otros aspectos, las dificultades que sufren los prisioneros políticos que padecen enfermedades.
"Todos ellos languidecen en prisiones donde el hambre y la falta de atención médica, que agravan sus patologías, se utilizan como formas de tortura y donde el hacinamiento y la falta de agua favorecen el crecimiento descontrolado de brotes de enfermedades altamente contagiosas como la tuberculosis, el dengue, la sarna y muchas otras", recoge el documento.